La Ocarina
La ocarina es un instrumento antiguo bastante parecido a la flauta. Es uno de los instrumentos musicales más viejos de la tierra. Por lo general, está formado por un cuerpo oval y puede tener desde cuatro a trece perforaciones para colocar los dedos, a partir de este diseño estándar se han creado diferentes variaciones. Sobresale de la misma un tubo para colocar la boca. Este instrumento suele hacerse de cerámica, pero también se fabrican de plástico, madera, vidrio o metal.
Forma parte de una familia antiquísima de instrumentos, se cree que datan de
hace 12.000 años. Los instrumentos de dicha familia han sido de particular
importancia en la cultura china y en la mesoamericana, donde es común darle
forma de animal, generalmente de pájaro.
Su implementación en los países occidentales data del siglo XIX, cuando se
inventó la forma moderna de la misma por el italiano Giuseppe Donati. El nombre
de este instrumento deriva del italiano (ocarina: “pequeño ganso”). Sin
embargo, en Europa se conocía desde antes un instrumento de forma similar hecho
de cuerno de animal llamado gemshorn. Para otorgarles un estilo más artístico
se han producido ocarinas de porcelana con atractivas pinturas sobre ellas, es
el caso de las ocarinas Meissen. La fábrica Meissen, ubicada en Alemania no las
producían ellos mismos, sino que el fabricante alemán había otorgado licencias
para tercerizar el trabajo.
La ocarina es una flauta-vasija. A diferencia de los instrumentos de viento perforados, como la flauta de orquesta y la flauta dulce, en esta el sonido es creado por la resonancia de toda la cavidad. Es por ello que posee una física acústica diferente a la de la flauta. Técnicamente, la cavidad actúa como un resonador Helmholtz. Otras flautas-vasija son la xun china y las flautas globo africanas. Estos ejemplos difieren de esta que nos ocupa en que no poseen una pieza (o pico) en donde apoyar la boca.
Una familia de instrumentos relacionada con la ocarina es la familia de la
flauta cerrada, a la cual pertenece la conocida flauta de pan y otros
instrumentos que producen el sonido mediante la vibración de una columna de
aire dentro de un cilindro cerrado.
La ocarina, al igual que otras flautas-vasija, posee la inusual cualidad de no
depender de la longitud de la flauta para producir un tono o frecuencia
particular. Lo que sucede es que el tono depende de la razón entre la
superficie total de los agujeros descubiertos y del volumen total del
instrumento cerrado. Esto quiere decir que, a diferencia de la flauta o de la
flauta dulce, la ubicación de los agujeros en la misma es irrelevante ya que el
factor que se tiene en cuenta es el tamaño de dichos agujeros.
Tipos de ocarina
Existen diferentes tipos de ocarina, que varían en su forma y el número de
agujeros.
"Transversales", es el modelo más conocido de ocarina. Tiene una
forma redondeada y se sostiene con las dos manos en posición horizontal.
Dependiendo del número de agujeros, el músico sólo tiene que abrir un agujero
más pequeño que el anterior para ascender en la escala tonal. Las dos ocarinas
transversales más comunes son la de diez orificios (creada por el italiano Giuseppe
Donati) y la de doce orificios.
"Colgantes", las hay de dos tipos: El colgante inglés o
"English Pendant", pequeña y manejable. Utiliza un sistema de
digitación inglés con cuatro a seis orificios. El colgante peruano,
precolombino y de origen incaico, usado como instrumento musical en festivales,
rituales y ceremonias. Suele presentarse con diseños de animales, pero también
abundan los tradicionales ejemplares ovalados con ocho orificios.
"En línea", llamadas también de "fusión" (de las colgantes y la transversal). Son pequeñas y compactas, sin embargo tienen más agujeros que las colgantes y permiten ascender en el tono como en el modelo lineal de los dedos en lugar de las combinaciones de dedos.
"De múltiples cámaras", más conocidas como ocarinas "dobles" y "triples" y con mayor riqueza tonal. Están diseñadas para tocar acordes y conseguir mayor riqueza armónica.
"Ocarinas con llaves", fabricadas experimentalmente a partir de finales del siglo XIX.
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